Testimonios

En enero, marzo de 2017 participé en el programa mente sobre el cuerpo para hacer frente a mi trastorno de desorden alimenticio. Nunca he participado en un programa como este antes y, por lo tanto, no estaba seguro de qué esperar. Sabía que era miserable, que me sentía incómodo con cómo me sentía y cómo me veía. Había intentado «hacer dieta» durante más de 45 años. Ninguno de los programas / planes de dieta alguna vez funcionó. Siempre me concentré en lo que comía y en lo que pesaba. Yo era un esclavo de la balanza.

El personal de la mente sobre el cuerpo me ayudó a comprender las causas y las condiciones de la enfermedad y a desarrollar las herramientas que necesitaba para tratarla. Aprendí que mi BED está basada en la vergüenza. Aprendí que las dietas no funcionan y que me fallaron, no al revés. Aprendí que no hay alimentos malos.

Y aprendí cómo conectar mis hábitos alimenticios con mi mente, mi cuerpo y mi espíritu.

Incorporé las herramientas que aprendí en mi vida diaria y también comencé un programa regular de ejercicios. Mis metas cambiaron. Me propuse ser feliz, aprender a amarme a mí misma a medida que me sentía más segura, complacida conmigo misma y orgullosa de mis logros. ¡Estaba tomando dirección y funciona! Realmente lo hace. Hoy mi autoestima ha mejorado, mi postura ha mejorado y estoy feliz. He encontrado la verdadera alegría. Como resultado de estos cambios y del uso de las herramientas que aprendí en el programa Mind Over Body, estoy usando camisas que son 2 tallas más pequeñas y pantalones que son 4 tallas más pequeñas. Yo como lo que quiero y ya no me limito. El atracón se ha detenido. Estoy atento. Estoy en paz con mi CAMA. Es manejable y amp; tratable Me veo genial, me gusta lo que veo en el espejo y me siento alegre.

En mayo de 2017 participé en el programa Mind Over Body. Llegué al programa debido a mi Trastorno Alimentario, Ansiedad y Depresión. Durante el tiempo que estuve en el programa, Kelly y el resto del personal me ayudaron enormemente.

Aprendí a escuchar cuáles eran mis señales de hambre y no a escuchar tu mente. Aprendí a tener en cuenta cuándo tenía hambre y cuándo no. Cuando llegó a mi ansiedad me enseñaron a aliviar la ansiedad, como centrarme en mi mano y los puntos de presión para bajar mi presión arterial. También aprendí a hablar con alguien sobre mis problemas. Una vez que me gradué del programa, continué haciendo sesiones individuales con Kelly y ayudando a las niñas que todavía están en el programa.